domingo, 20 de abril de 2008

El problema de Barcelona



En enero vino a Barcelona una amiga argentina, cordobesa, y estuvo viendo la ciudad. Le gustó... es una ciudad muy bonita, el problema es el catalán, dijo. Pues no, señorita, el catalán no es el problema sino la lengua de este país, de la misma forma que el inglés no es el problema de Nueva York ni el alemán el problema de Berlín, ni el francés el problema de París. Si yo quiero vivir en París y no sé francés es mi problema, no el problema de París, y soy yo quien deberá aprenderlo si quiero vivir allí. Mi tía abuela, que era analfabeta, derrotada tras la guerra en 1939 se exilió a Francia a rehacer su vida con su compañero y ambos aprendieron francés, por supuesto, aún con los escasos estudios de él y los nulos estudios de ella. Su historia es impresionante, pero este no es el lugar.


La cuestión es respetar a la gente, a los países y sus lenguas. Y en Barcelona, por cierto, uno puede vivir tranquilamente sin hablar el catalán, y es así porque los inmigrantes procedentes de la España profunda nunca nos han respetado ("esto es España y aquí se habla español, joder!"), y la nueva inmigración latinoamericana se hace suyo el tic españolista y se niega en absoluto a tener un mínimo respeto por el lugar donde piensa construir su vida. Tanto los unos como los otros vinieron para ganarse el pan... lo mínimo que deberían tener es respeto y no desprecio por el país donde van.

1 comentario:

Anónimo dijo...

eske aixo si que m'escalfa...Que no posa a la Lonley Planet que a Barcelona es parla catala????