domingo, 27 de abril de 2008

SILVIA

Conocí a Silvia a mediados de septiembre de 1987, cuando ambos teníamos seis años y empezaba el primer curso de primaria. Desde entonces, fuímos compañeros de clase durante años (una clase de unos veinte, la mayoría siempre los mismos). Fueron diez años, hasta el momento de entrar al bachiller. Recuerdo de aquél tiempo una época que compartimos pupitre, y ella -como siempre las chicas-, escribía con una buena letra y siempre presentaba todo pulcramente. Como éramos aún pequeños y uno se empapaba de todo lo que veía, empezé a escribir con la letra más chiquita y regular, a la manera de Silvia. Ha pasado mucho tiempo, pero un poco de huella sí que dejó en su forma de escribir...


En el bachiller, Silvia se fue a un instituto de un pueblo cercano donde se podía estudiar el bachillerato artístico; ya desde niña se le dieron bien las manualidades y la plástica. Aún así seguíamos frecuentando los mismos lugares y nos veíamos a menudo, pues la ciudad no es muy grande.


Alguna vez hicimos alguna cena con todos los compañeros de aquellos años de colegio. En una de aquellas cenas (tendríamos 18 años o así) me emborraché demasiado, pues habíamos quedado con un amigo por la tarde y ya llegamos a la cena medio ebrios... y aún así bebimos durante la cena y rematamos con carajillo, copa de pacharán y un pique a tequilas... Obviamente la cosa no podía ir bien de forma alguna... Al irnos a un bar, mi cuerpo se fue a sus anchas a rasgar toda una pared y al suelo. Fué Silvia quién me recogió, me acompañó de muleta hasta el bar y me llevó al baño a limpiarme y curarme las heridas. Luego, me acompañó a lo de mis padres. Esta escena lamentable es de lo que más me acuerdo de Silvia, y me consta que a otros compañeros les pasa lo mismo.


La última vez que la ví fue una noche de sábado en un pub, la del 23 de abril de 2005, recién hace tres años. Ella estaba con un par de amigas (amigas comunes, pues eran de aquellas con las que fuí a clase desde primero de primaria). Por aquél entonces ella estaba cursando estudios de interiorismo en Terrassa, una ciudad cercana a Barcelona. Recuerdo que charlamos un poquito, y ella comentó que deberíamos hacer otra cena de esas con los compañeros de clase. Yo le dije que sí, que estaría bien... "Si os encargáis me decís cuando y donde, y yo vengo", dije.


La semana siguiente, la noche del viernes 29 de abril de 2005, Silvia volvía de Terrassa con el coche. Al parecer un auto que venía en dirección opuesta se descontroló e invadió su carril... chocaron. Esa madrugada, Silvia murió a sus 24 años, muy joven y dejando muchos proyectos, a sus amigos y amigas, a su pareja... El 3 de mayo fuímos muchos, todos los compañeros de hacía tanto tiempo, que nos juntamos... Por lo menos yo, cada año por estas fechas no puedo evitar recordarlo.


En la esquela no había más que una luna dibujada al carbón (quizás un dibujo suyo) y un poema de Miquel Martí i Pol:
Te'm fas present
Te me haces presente
en les petites coses
en las pequeñas cosas
i és en elles
y es en ellas
que et penso i que t'evoco.
que te pienso y te evoco.

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