domingo, 20 de abril de 2008

¿La calle es tuya?



Hace un par de años o así, en Barcelona se hizo una ordenanza municipal, la Ley del Civismo, que partiendo de la palabra políticamente correcta, civismo, pretendía recortar masivamente muchos derechos y libertades individuales, algo así como la Patriot Act norteamericana. Los unos por el bien común para defenderse del terrorismo, los otros para una mejor convivencia entre los ciudadanos. En realidad, esta ley municipal tenía un montón de puntos anticonstitucionales e incluso contrarios a los derechos humanos. Inmigrantes, prostitutas, movimientos sociales, artistas callejeros, etc, eran los más perjudicados por la ley. Pero aquí no quedó la cosa, sino que en muchas otras municipalidades cundió el ejemplo y aparecieron leyes similares en varias ciudades y pueblos del país, entre ellos Berga.

Esta es una pequeña ciudad, más bien pueblo, de unos 15.000 habitantes, capital de mi comarca, cien km al norte de la ciudad de Barcelona. Fruto de una ordenanza de estas, unos compañeros dedicaron un sábado a hacer actividades en la calle, en una fiesta donde se intentaba crear lazos comunitarios con gente de todo el pueblo, intentando integrar a la inmigración -sobretodo los niños, que en realidad como van juntos a la escuela, son la esperanza en este sentido-. Niños jugando, poesía, integración social... acabó con multas a mis compañeros por uso de la vía pública (cabe decir que era en las calles peatonales del casco viejo, sin provocar problema alguno). A las madres de los niños que se acercaban a los policías diciendo que ellas estaban participando también, se las apartó. "No, usted no hace falta que se identifique, señora".

Cambió el gobierno en las pasadas elecciones municipales, pero se ha aprovado una ordenanza nueva, más o menos parecida a la anterior. Y, pues, salimos de nuevo a la calle. Eso fué ayer, 19 de abril, con comida popular, juegos, grafitis, música, poesía, etc. Entre los poetas, el gran Enric Casasses, uno de los poetas catalanes vivos más importantes, muy reconocido (incluso Lou Reed recitó cosas suyas, como conté en otra entrada); tenemos la suerte que sigue siendo un tipo muy cercano y bohemio, y se acerca por aquí siempre que le comentamos... No es un poeta de salón sino de barricada y de a pie de calle, ¡como debe ser! En fin, que la cultura popular sobrevive a los intentos de institucionalización de todos los ámbitos de nuestras vidas... Ahí estamos.

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